Había una vez un dinosaurio llamado Matheo que vivía en un bosque muy lejano. Un día, Matheo decidió hacer una tarta especial para el cumpleaños de su amigo, el ratón Kilian.
Matheo se puso a cocinar, buscó todos los ingredientes y mezcló la masa con mucho cuidado. Mientras la tarta estaba en el horno, Matheo salió a dar un paseo. Fue entonces cuando encontró a una oveja muy triste. La oveja le contó que había perdido a su familia y no sabía cómo encontrarla. Matheo decidió ayudarla y juntos buscaron a la familia ovejuna por todo el bosque.
Después de mucho buscar, encontraron a la familia de la oveja. Todos estaban muy felices y agradecidos con Matheo. La oveja decidió regalarle un polvo mágico que convertiría su tarta en la más deliciosa del mundo. Matheo agradeció a la oveja y corrió de vuelta a su casa.
Cuando Kilian probó la tarta, no podía creer lo deliciosa que era. La tarta mágica hizo que Kilian y Matheo se rieran y jugaran toda la tarde. Desde ese día, Matheo y Kilian se convirtieron en los mejores amigos y siempre compartían las tartas más deliciosas.
Y así, Matheo entendió que ayudar a los demás siempre tiene su recompensa y que la amistad es el ingrediente más especial de todos. Fin.