Matheo era un taxista muy amable que manejaba su taxi por las calles de la ciudad. Un día, mientras esperaba a un cliente, vio una oveja muy especial que brillaba como una estrella en la noche.
La curiosa oveja se acercó al taxi y le pidió a Matheo que la llevara al campo, donde vivía con su rebaño. El taxista, sorprendido por la petición, aceptó llevar a la oveja en su taxi.
En el camino, la oveja le contó a Matheo que había encontrado un portátil mágico que la hacía brillar. El taxista, emocionado por la historia, decidió ayudar a la oveja a regresar al campo lo más rápido posible.
De repente, el taxi se detuvo en un cruce de caminos y no podía seguir. La oveja, preocupada, sugirió tomar un tranvía que pasaba cerca y que los llevaría directamente al campo.
Así que Matheo y la oveja brillante subieron al tranvía y pronto llegaron al campo donde el rebaño de la oveja las esperaba. Todos celebraron la llegada de la oveja y su nuevo amigo, el amable taxista.
Desde ese día, la oveja y Matheo se convirtieron en grandes amigos, y siempre recordaban la increíble aventura que vivieron juntos.