Matheo era un niño muy curioso que siempre exploraba el jardín de su abuelita. Un día, encontró una bonita camiseta roja bajo un árbol. Se la puso y de repente sintió que algo especial sucedía.
En su paseo, Matheo encontró una fresa muy grande y jugosa. La cogió y se la comió. ¡Estaba deliciosa!
De repente, la camiseta hizo que apareciera un muñeco de nieve. Se llamaba Kiliancito y era muy simpático. Jugaron juntos y se divirtieron mucho.
Matheo y Kiliancito decidieron dar un paseo en el jardín montados en un caballo muy amigable que encontraron. El caballo se llamaba Sebastian y era muy fuerte.
Al final del día, Matheo se quitó la camiseta y guardó la fresa en su bolsillo. Estaba feliz de haber vivido una aventura tan emocionante.
¡Desde ese día, Matheo siguió visitando el jardín de su abuelita con la esperanza de encontrar más sorpresas con su camiseta mágica!