En una selva muy lejana vivía un león muy especial. A diferencia de los demás leones, a él no le gustaba cazar ni rugir, lo que más le gustaba era bailar bajo la luz de la luna llena.
Un día, mientras caminaba por el bosque, el león se topó con un pulpo amistoso que le dijo: "¿Por qué no vienes a bailar conmigo en el fondo del mar? Sería una experiencia maravillosa". El león se emocionó ante la idea y aceptó la invitación del pulpo.
Mientras tanto, un caracol curioso y una calabaza simpática observaban la escena desde un rincón escondido. ¿Qué aventuras les depararán a estos cuatro amigos tan diferentes entre sí?