El tren de la naranja mágica
Había una vez un niño llamado Matheo, que vivía en un pueblo muy lejano. Un día, Matheo decidió subirse a un tren muy especial que lo llevaría a un lugar mágico.
En el tren, Matheo conoció a un pato muy simpático llamado Kilian. Juntos, compartieron una deliciosa naranja que Matheo había llevado consigo para el viaje.
De repente, el tren se detuvo en medio de un bosque encantado. Matheo y Kilian decidieron explorar el lugar, y descubrieron una boca gigante escondida entre los árboles.
La boca les contó que guardaba un tesoro mágico, y les dio pistas para encontrarlo. Matheo y Kilian siguieron las pistas y finalmente encontraron el tesoro: una llave brillante que abriría la puerta a todos los deseos de sus corazones.
Con la llave en mano, Matheo y Kilian regresaron al tren. Al llegar a su destino, descubrieron que el tesoro era mucho más valioso de lo que habían imaginado: la amistad y la magia que habían vivido juntos en su increíble aventura.
Felices por su gran hallazgo, Matheo y Kilian se despidieron del tren y prometieron volver a vivir más emocionantes aventuras juntos.