En un día de lluvia, Matheo y Kiliancito estaban aburridos en casa. No podían salir a jugar afuera por la lluvia. Pero de repente, se les ocurrió hacer una ensalada de frutas. Buscaron en la nevera y encontraron un kiwi bien verde y jugoso.
Matheo tenía muchas ganas de probar el kiwi, pero Kiliancito le dijo que mejor lo usaran para la ensalada. Entonces, buscaron todas las frutas que tenían y empezaron a cortar y mezclar. La ensalada de frutas se veía muy colorida y deliciosa.
De repente, Kiliancito tuvo una idea genial. Se pusieron los abrigos y salieron a la calle bajo la lluvia en busca de algo especial para agregar a la ensalada. Después de caminar un poco, vieron un taxi que se detenía frente a ellos. El amable conductor les llevó al mercado, donde encontraron fresas para añadir a su ensalada. Estaban muy contentos y agradecidos con el conductor del taxi.
Cuando volvieron a casa, terminaron su ensalada de frutas con el kiwi y las fresas. La probaron y era la más deliciosa que habían comido. Saborearon cada bocado con alegría y se sintieron muy felices de haber tenido una aventura bajo la lluvia para hacer su ensalada especial. Desde aquel día, siempre recordaron su historia y la ensalada de kiwi se convirtió en su plato favorito.