La Casa de la Luna

En un pequeño pueblo había una casa muy especial, en ella vivían tres hermanos llamados Matheo, Kilian y Sebas. Su casa tenía un techo de tejas rojas y grandes ventanas que dejaban entrar mucha luz.

Un día, Matheo vio una luna llena muy brillante en el cielo y decidió que quería hacerle una tarta para agradecerle su luz todas las noches. Así que fue a la cocina y empezó a mezclar la harina, los huevos y la leche para hacer una deliciosa tarta.

Pero mientras tanto, Kilian y Sebas decidieron tocar música para la luna con sus trompetas. Juntos, crearon una hermosa melodía que llegó hasta el cielo y la luna se emocionó tanto que brilló aún más fuerte.

Finalmente, Matheo sacó la tarta del horno y la decoró con estrellas y lunas de azúcar. Los tres hermanos se pusieron sus mejores trajes y llevaron la tarta a una colina desde donde podían ver la luna.

La luna se quedó encantada al ver la tarta y escuchar la hermosa música. Les agradeció con una luz aún más brillante y les prometió que siempre cuidaría de ellos y su casa.

Los hermanos se dieron cuenta de que su casa estaba más iluminada que nunca gracias a la luna y se sintieron muy felices y agradecidos. Aprendieron que cuando estás ordenado y organizado, puedes hacer cosas maravillosas.

Así que a partir de ese día, Matheo, Kilian y Sebas mantuvieron su casa siempre ordenada y limpia para que la luna se sintiera orgullosa de ellos.