La fresa del conejo y el camión de bomberos

Érase una vez, en un lejano castillo, vivía un conejo llamado Matheo. A Matheo le encantaba comer fresas, pero un día se dio cuenta de que no tenía ninguna fresa para merendar. Entonces, decidió ir al bosque a buscar algunas fresas.

Mientras recogía fresas, Matheo se encontró con un camión de bomberos. El conductor del camión le dijo que estaban organizando un picnic y que tenían muchas fresas para compartir. Matheo se puso muy contento y decidió invitar al conductor del camión al castillo para agradecerle.

Al llegar al castillo, Matheo y el conductor del camión se encontraron con Sebastian, el dueño del castillo. Sebastian les invitó a unirse a la fiesta que estaba organizando en el jardín. Todos juntos compartieron las fresas y se divirtieron mucho.

Después de la fiesta, Sebastian les mostró a Matheo y al conductor del camión un lugar secreto donde crecían las fresas más deliciosas del reino. Matheo se puso tan contento que les regaló unas zanahorias a modo de agradecimiento por haber compartido las fresas con él.

Desde ese día, Matheo, el conductor del camión y Sebastian se convirtieron en grandes amigos y se reunían a menudo en el castillo para compartir fresas y zanahorias. Y así, vivieron felices para siempre.