Había una vez un pato llamado Matheo que soñaba con volar como un avión. Todos los días miraba al cielo y suspiraba, deseando poder surcar las nubes como lo hacían los aviones.
Un día, Matheo encontró una calabaza enorme y decidió hacerla su casa. Para su sorpresa, la calabaza era mágica y se convirtió en un castillo lleno de tesoros y aventuras.
Emocionado, Matheo comenzó a explorar el castillo y descubrió un avión de juguete que le recordaba su gran deseo de volar. Sin dudarlo, subió al avión y comenzó a volar por todo el castillo, viviendo emocionantes aventuras.
Después de un rato, Matheo se dio cuenta de que no necesitaba volar como un avión para ser feliz. Había descubierto que la verdadera aventura estaba en el propio castillo, junto a sus amigos Sebastian y Kilian.
Así que, con la calabaza-castillo como su hogar, Matheo vivió muchas aventuras emocionantes junto a sus amigos, disfrutando de la magia y la alegría que les brindaba su nuevo hogar.
Y colorín colorado, este cuento ha terminado, pero la aventura de Matheo, Sebastian y Kilian apenas comienza. ¡Quién sabe qué otras maravillas descubrirán en su castillo mágico!