El helado mágico de Mateo

Generated story image

Había una vez un niño llamado Matheo, a quien le encantaba comer helados. Un día, Matheo estaba jugando en el parque y escuchó una campana que sonaba muy fuerte. Se acercó y vio un camión de helados. El señor del camión le regaló un helado de fresa y le dijo que era un helado mágico que le concedería un deseo.

Matheo decidió guardar su deseo para más tarde y corrió a casa con su helado. Al entrar a la cocina, se encontró con su mamá, quien estaba haciendo una deliciosa tarta de chocolate para el cumpleaños de su hermano Kilian. Matheo le contó a su mamá sobre el helado mágico y ella le ayudó a guardar el helado en el congelador para que no se derritiera.

Después de la cena, Matheo fue a su habitación a jugar con su muñeco de nieve favorito, Sebastian. Mientras jugaba, pensó en cuál sería su deseo. Finalmente, decidió que quería que su hermanito Kilian tuviera el mejor cumpleaños de su vida.

Al día siguiente, cuando Kilian sopló las velas de su tarta, Matheo cerró los ojos y pidió su deseo. De repente, todos los amigos de Kilian llegaron con regalos y sonrisas, haciendo que su cumpleaños fuera realmente especial. Matheo se dio cuenta de que su deseo se había hecho realidad gracias al helado mágico.

Desde ese día, Matheo siempre guardó un poquito de su helado mágico en el congelador, por si alguna vez necesitaba hacer realidad otro deseo especial. Y así, Matheo aprendió que los deseos se hacen realidad cuando uno desea algo con el corazón.