El aguacate y el kiwi

Había una vez en la selva un aguacate llamado Matheo y un kiwi llamado Kilian. Ellos eran muy amigos y les encantaba jugar juntos. Un día, mientras jugaban, se encontraron con un mono llamado Sebastian que estaba triste porque no podía encontrar ninguna fruta para comer.

Matheo y Kilian decidieron ayudar al mono y lo llevaron a un lugar donde había muchas flores y frutas deliciosas. El mono estaba muy agradecido y les prometió que siempre serían amigos.

Desde ese día, Matheo, Kilian y Sebastian se volvieron inseparables. Juntos exploraban la selva, encontraban nuevos amigos y compartían muchas aventuras. La amistad entre ellos era tan fuerte que nada podía separarlos.

Un día, mientras jugaban cerca de un río, encontraron una flor muy hermosa y especial. Decidieron cuidarla juntos y la regaron todos los días. La flor creció fuerte y hermosa, y llenó de alegría el corazón de Matheo, Kilian y Sebastian.

La amistad y el amor que compartían los tres amigos era tan grande que la flor se convirtió en un símbolo de su unión. Vivieron felices para siempre, cuidando juntos de la flor y disfrutando de la maravillosa selva que los rodeaba.