En un hermoso jardín, vivía una pequeña mariquita llamada Matheo. Un día, Matheo decidió ir a explorar y llegó a una gran fuente donde se encontró con Kiliancito, un simpático gato que estaba tomando agua. Matheo y Kiliancito se hicieron amigos y pasaban juntos muchas horas jugando alrededor de la fuente.
Un día, mientras estaban jugando, escucharon un fuerte ruido y vieron un helicóptero que sobrevolaba el jardín. Matheo y Kiliancito se asustaron, pero enseguida se dieron cuenta de que era solo un helicóptero de juguete que un niño estaba volando.
El niño, llamado Sebastian, se acercó a Matheo y Kiliancito y les explicó que el helicóptero era su juguete favorito, que lo había construido con mucho esfuerzo y que le encantaba volarlo cerca de la fuente.
Matheo, Kiliancito y Sebastian se volvieron inseparables, pasando juntos tardes enteras jugando alrededor de la fuente. La amistad entre la mariquita, el gato y el niño era muy especial y llena de diversión.
Desde ese día, la fuente se convirtió en el lugar favorito de Matheo, Kiliancito y Sebastian, donde compartían momentos maravillosos y vivían aventuras inolvidables, siempre protegidos por la magia de la amistad.
Y así, la mariquita, el gato y el niño vivieron felices para siempre, disfrutando de la compañía del otro y la hermosa fuente que los unía.