El tambor encantado

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En un hermoso campo, vivía Matheo, un niño curioso que adoraba las sandías.

Un día, Matheo decidió hacer un tambor con la cáscara de una sandía. Mientras tocaba su tambor, Kiliancito, la vaca curiosa, se acercó para ver qué estaba haciendo Matheo.

Matheo le explicó a Kiliancito que estaba tocando música con su tambor de sandía. La vaca, fascinada, comenzó a bailar al ritmo de la música.

De repente, la sandía se abrió y de su interior salió un brillo mágico que envolvió a Matheo y Kiliancito. Juntos, entraron en un mundo de colores y sonidos maravillosos.

Descubrieron que en ese mundo mágico vivía Sebastian, un tamborero muy especial que los invitó a tocar junto a él.

Matheo, Kiliancito y Sebastian pasaron un día inolvidable tocando música y bailando, y al final, la sandía los llevó de vuelta a su campo, felices y llenos de alegría.

Matheo prometió a Kiliancito y Sebastian volver a visitar ese mundo mágico con su tambor de sandía. Y así lo hizo, cada vez que quería vivir una aventura diferente.